Archivo de la categoría: Senderismo y Montañismo

Pico Peñarroya, un dosmil muy poco indicado

La palabra que resume la ascensión a mi primer dosmil, el Moncayo, fue ilusión. La subida al Tozal de Guara significó esfuerzo. Mi debut en una media maratón, superación. Y el tercer dosmil de mi vida, el Pico Peñarroya, lo conquisté por perseverancia. Son experiencias y aventuras disparejas, pero con un denominador común: la sensación de bienestar al llegar a meta. Sin importar que ésta adopte forma de cruz en lo alto de una montaña, de gran arco hinchable o de enorme pilar.

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El castillo de Loarre y la ermita de Aniés, dignos de visitarse

Solo 6,3 kilómetros separan las localidades oscenses de Loarre y Aniés. Algo más de 6.000 metros en los que la comarca de la Hoya de Huesca ofrece al viajero dos visitas realmente interesantes: el castillo de Loarre y la ermita de la Virgen de la Peña de Aniés. Emplazamientos, ambos, que merecen verse, visitarse y pasearse.

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Tozal de Guara: a la segunda fue la vencida

El último artículo que escribí para este blog terminaba con dos palabras: prometo revancha. Un mes y once días después llegó. 41 días más tarde de que me quedara a 300 metros, conseguimos alcanzar esa cumbre que cada vez parecía más lejana. No ganamos a la montaña, en ningún momento nos sentimos vencedores, simplemente la respetamos, incluso cortejamos, y ella, educada como ninguna, nos permitió conquistarla.

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Tozal de Guara: nadar para morir en la orilla

A 300 metros, a 3.000 malditos y verticales centímetros me quedé de la cumbre en mi primera intentona por ascender al Tozal de Guara. Sin duda, la ruta de senderismo más dura de todas las que mis piernas han tratado de superar y la que más trabajo físico y, sobre todo, psicológico, me ha obligado a ejercer para no abandonar mucho antes.

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En la cumbre del Moncayo

Hoy he subido al Moncayo. Ya sé que son solo 2.300 metros y que es una subida relativamente fácil que hacen desde los niños hasta los más mayores. Pero para alguien como yo, reciente aficionado al montañismo, llegar a una cima me llena de ilusión y de orgullo. Cuando estaba ahí arriba me sentía Juanito Oiarzabal, después de dos horas de duras rampas, el hecho de estar en el punto más alto, el hecho de estar en la cumbre del Moncayo, para mí fue como estar en la cima del mundo.

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