Old Trafford, 21.00 horas del jueves 8 de marzo de 2012, los jugadores del Manchester United y del Athletic de Bilbao saltan al césped del Teatro de los Sueños, 8.000 gargantas bilbaínas se desgañitan en las gradas como horas antes lo habían hecho por las calles de Manchester. Cinco minutos después, a las 21.05 horas, el árbitro hace sonar su silbato, el telón se levanta con el toque de Fernando Llorente a Ander Herrera y la histórica representación de los leones comienza para hacer las delicias de todos los amantes del fútbol.
Los jugadores del Athletic, dirigidos por ese maravilloso “loco” que es Marcelo Bielsa, dieron una lección de ambición, de esfuerzo, de precisión, de concentración, en definitiva, de fútbol de verdad, de deporte que hace historia. Los 8.000 seguidores vieron boquiabiertos como los rojiblancos (en este caso de verde) pasaban por encima de uno de los mejores equipos del viejo continente.
Unos aficionados que todavía recuerdan el sufrimiento de las temporadas 2005-2006 y 2006-2007, cuando con Javi Clemente y Mane respectivamente en el banquillo, el equipo coqueteo con el descenso hasta el último partido de Liga. Athleticzales que han vivido con la soga al cuello una de las épocas más oscuras del club del “Botxo” que culminó con unas angustiosas salvaciones que lograron hacerles aún más fuertes.
Más tarde, en la 2007-2008, llegó Joaquín Caparrós y con él (y García Macua en el palco) las aguas volvieron a su cauce y apareció la necesaria tranquilidad tanto deportiva como institucional. Es de ley nombrar al utrerano en este artículo porque tiene gran parte de culpa de la situación actual del club. De su mano debutaron en el primer equipo jugadores como Markel Susaeta, Iker Muniain, Ander Iturraspe o Jon Aurtenetxe que ahora son piezas claves para Marcelo Bielsa. Con Caparrós, el Athletic volvió a una final de Copa del Rey, el equipo luchó de nuevo por participar en las competiciones europeas y los apuros clasificatorios pasaron, por fin, a mejor vida.
Cuatro años de estabilidad que terminaron con la marcha del presidente y del entrenador andaluz para dar paso a Josu Urrutia en el sillón de máximo mandatario rojiblanco y a Marcelo Bielsa en el banquillo. El rosarino, al más puro estilo del “loco”, se empapó de partidos del Athletic, analizó, sopesó y valoró la situación hasta que decidió dar el sí a un ilusionante proyecto. Por el camino, Bielsa rechazó otras ofertas de importantes clubs de Primera División como el Sevilla.
Tras unas primeras jornadas marcadas por las dudas, los jugadores interiorizaron lo que les pedía su entrenador, Bielsa rectificó alguna decisión extraña que tomó en los compases iniciales de la temporada y, a partir de ese momento, todo han sido buenas noticias. En la actualidad, después de muchos meses de competición, el Athletic está metido de lleno en la lucha por la Champions, disputará una nueva final de la Copa del Rey ante el Barcelona y, llegue hasta donde llegue en la Europa League, ya ha hecho, una vez más, historia después del partido de Old Trafford.
Porque el encuentro realizado por el Athletic en las islas fue la culminación a un excelente trabajo hecho cada día en Lezama, un encuentro en el que los rojiblancos, que presentaron un once con una media de edad de 23 años, se doctoraron definitivamente y ofrecieron a sus incansables seguidores una verdadera obra de arte en forma de fútbol.
Todos aportaron: Javi Martínez fue de nuevo el mariscal de la línea defensiva, Iturraspe sacó la escoba y barrió todos los balones que pasaron por su perímetro de seguridad, Fernando Llorente demostró porque es titular con la selección española y Ander Herrera… Qué decir de él. Tocó, regateó, ordenó, el equipo jugó cuándo y cómo quiso el ex del Real Zaragoza. Imposible olvidar también al incansable Óscar De Marcos, al cada vez más veloz Susaeta o a ese pequeño gran crack, llamado a escribir páginas de gloria como león, que es Iker Muniain.
Y todo ello en un escenario histórico, el mejor teatro futbolístico imaginable. Old Trafford fue más rojiblanco que nunca y todos, españoles e ingleses, disfrutaron de un espectáculo de mayúsculas dimensiones.
Los alrededor de 8.000 aficionados rojiblancos dejaron de lado por un día las penurias económicas y el paro y se desplazaron en masa para no dejar sólo a su Athletic. Autobuses y aviones que partieron desde el Aeropuerto de Loiu, de Vitoria y de Barajas y que tiñeron el puente aéreo entre España y Manchester de rojiblanco.
A pesar del cansancio, de las pocas horas de sueño, de la noche que muchos pasaron en las taquillas de San Mamés, nadie, ninguno de ellos, se arrepentirá ni se olvidará nunca del día en el que 11 aldeanos tomaron Old Trafford y pasaron por encima de los “Red Devils”.
22/03/14 at 17:05
[…] en la ida y lo ha vuelto a hacer en la vuelta, el Athletic de Bilbao ha refrendado lo que logró en Old Trafford. Después del 2-1 del partido de San Mamés, este equipo y su afición se han hecho un poquito más […]