La boda de Alejandro Agag y Ana Aznar, según Animalario

Alejandro y Ana: lo que España no pudo ver del banquete de boda de  la hija del presidente. Es el extenso título de la obra de teatro que Animalario presentó en el 2003. Sé que han pasado muchos años, que este artículo puede llegar tarde, sin embargo, lo estimo necesario. He visto esta obra unas diez veces, desgraciadamente, ninguna en directo. Por suerte sacaron un DVD y actualmente también se puede ver por Youtube.

Pero ha sido ahora, después de disfrutarla por última vez en una lluviosa tarde zaragozana en la que necesitaba reírme, cuando me he dado cuenta de que quería escribir sobre ella. Demostrar mi absoluta devoción por todas y cada una de sus escenas.

Como decía antes, es uno de los montajes del afamado y premiado grupo español de teatro Animalario. La obra está dirigida por Andrés Lima y el equipo de actores lo forman profesionales muy conocidos por sus trabajos en el panorama teatral, cinematográfico y televisivo español. También por su carácter reivindicativo fuera de las tablas.

En concreto, estos son Alberto San Juan, Guillermo Toledo, Javier Gutiérrez y Roberto Álamo. El que podríamos considerar equipo titular de Animalario. Solo faltó Nathalie Poza, pero no hay personajes femeninos. Mejor dicho, sí, pero están interpretados por hombres.

La obra es original y novedosa desde el primer momento. Lo que más llama la atención es que no se desarrolla en un teatro, sino en un salón de bodas. Algo habitual en los montajes de esta compañía y que ya había hecho anteriormente en Pornografía barata (1997), que tenía lugar por los pasillos y camerinos del teatro de La Abadía de Madrid, y en Urtaín (2008), en la que un cuadrilátero de boxeo fue el lugar elegido.

Alejandro y Ana  (y todo lo demás) recrea el banquete posterior al enlace matrimonial entre la hija de José María Aznar y el señor Agag, tan habitual últimamente en los periódicos por su presunta relación con algunos casos de corrupción como la trama Gürtel. Desde el primer momento las críticas a la derecha, al modo de vida de la clase alta y las bromas sobre los ministros se suceden. Entre ellos, por cierto, el actual presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

Esta es una obra que a alguien de derechas no le va a gustar. A una persona antagónica a esa ideología como yo, me parece simplemente espectacular. Todos los actores bordan sus papeles, se compenetran de manera insuperable y transmutan de un personaje a otro con suma facilidad.

Además, cada uno de ellos tiene su momento de gloria a través de diferentes monólogos que hacen salir humo de las palmas del público perfectamente distribuido por las diferentes mesas del salón de ceremonias. Aquí os dejo uno protagonizado por Javier Gutiérrez que es de los que más me gusta.

Durante toda la obra recrean este convite, desde los primeros momentos hasta el  baile, cuando, como es habitual, el alcohol ya comienza a hacer efecto. Se van transformando y, realmente, parece que esos vasos coloreados para simular un cubata contienen de verdad alcohol. Sobre esto podéis disfrutar con la fantástica escena protagonizada por Guillermo Toledo y Alberto San Juan.

En los momentos finales de la obra, otra vez Alberto San Juan, en este caso metido en la piel de José María Aznar, se sube al atril y, si le faltaba algo al espectáculo, él lo pone. Maravilloso el monólogo del actor madrileño y realmente interesante el mensaje que transmite. Os lo dejo también.

No quiero terminar sin hacer mención a los guionistas: Juan Cavestany y Juan Mayorga, gran labor la de ambos. Además, a los que seáis seguidores del teatro en general, y de este grupo en particular, os recomiendo leer el libro que en el 2005 escribió San Juan con el título: Animalario. Bonitas historias de entretenimiento sobre la humillación cotidiana de existir. En él, además de la historia del grupo desde sus inicios, allá por el año 1995, también se incluyen los guiones de todos los montajes realizados por ellos hasta hace 8 años.